EMILIO IZQUIERDO PEDRA, Levante-EMV, 11 de septiembre 2007
En las próximas elecciones generales de marzo de 2008 si la bipolarización política actual en Valencia: PP-PSPV sigue en crecimiento, el reparto de escaños dejará una mínima posibilidad al resto de formaciones valencianas: 0/1 escaños.
Si analizamos brevemente el estado de las mismas podemos observar que el PP absorbe todo el voto conservador de derechas y la única posible fuga de escaños es la del PSPV, en crisis continua, que puede perder un escaño a favor de EUPV o el Bloc. Desde un punto de vista realista, un escaño es poca recompensa electoral para dos formaciones que se parecen como el color blanco al negro, con el matiz alternativo del gris que representa el próximo partido y actual corriente EiP.
Sólo queda, pues, la conquista del voto joven de carácter nacionalista y mayoritariamente progresista y el voto del nacionalismo moderado o valencianismo, ignorado históricamente por las diferentes fuerzas progresistas del País Valencià. Aglutinar y converger todas estas sensibilidades y darles la forma y coherencia de coalición política puede llevar a las Cortes Generales a un diputado valenciano, como ya tienen los vascos, gallegos, canarios y aragoneses.
En esta carrera hacia las elecciones generales y con las premisas comentadas, el Bloc sale con una ligera ventaja sobre EUPV, que puede ser compensada o decantar la balanza definitivamente con la postura que adopte EiP. Si damos por imposible la reedición del Compromís, sólo nos quedan dos opciones: Bloc-EiP o EUPV (con Esquerra i País) o una más que utópica coalición de Valencians a les Corts, que pueda recoger todos los sectores del nacionalismo y valencianismo democrático y respetuoso de las diferentes sensibilidades que aglutinan, esta coalición sería el primer paso para crear la tercera vía en la política valenciana.
La confluencia de intereses comunes y la cesión de todas las partes implicadas en las razones ideológicas que les separa, sobre todo en lo referente al aspecto de simbologías, lengua o denominación, puede hacer nacer con fuerza y enraizar definitivamente en el votante valenciano la tercera vía, autóctona, libre de centralismos políticos y solidaria con el resto de nacionalismos estatales. El Bloc como partido con mayor peso y representación institucional debe ser el primero en mover ficha y pensar que en Madrid, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, hace falta un grupo parlamentario valenciano, e intentar confluir desde nacionalistas como Esquerra i País o Esquerra Verda al valencianismo democrático que puede y debe representar actualmente Unión Valenciana.
El camino se antoja complicado y lleno de dificultades y el tiempo juega a favor del bipartidismo actual, sólo la voluntad de avanzar en la construcción de la nación valenciana puede hacer que la confluencia sea posible, no hay que inventar nada que otros no lo intentaran en su día: Francesc de Paula Burguera y su Partit Nacionalista es un claro ejemplo. Por cierto, sería un síntoma de mayoría de edad política del nacionalismo valenciano presentar de candidato al Senado al señor Burguera, cuya trayectoria política es intachable y defensora de todo lo que representa el nacionalismo/valencianismo en ciernes.
* Periodista.
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