J. M. R., Valencia, Levante-EMV, 30 de septiembre de 2007
La tirantez en las relaciones entre el Bloc y la actual dirección de EU, sus socios en Compromís, quedó patente de nuevo ayer en el consell nacional que el partido que lidera Enric Morera celebró en Burjassot. Y es que si hasta ahora los llamamientos tanto a superar el bipartidismo de PP y PSPV, como a situar en Madrid una «voz valenciana» eran habituales entre los nacionalistas, Morera ha añadido un nuevo deseo de cara a las próximas elecciones generales de marzo de 2008 e, incluso, más allá, con la vista puesta en las autonómicas de 2011: «Hay que superar la tutela de una izquierda autoritaria», afirmó.
Esta aspiración cobra especial significado en el actual proceso de escisión que protagoniza en EU el sector de Esquerra i País y que parece irreversible tras la expulsión de las diputadas Mireia Mollà y Mónica Oltra y la puesta en marcha por esta corriente de un nuevo partido: Iniciativa pel Poble Valencià.
El propio Morera destacó la importancia de este colectivo para la construcción de lo que él denomina «nuevo espacio». Así, resaltó la «buena relación» con los disidentes de EU en el grupo parlamentario, al tiempo que hizo hincapié en el papel que deben desempeñar «los que creyeron en Compromís» en la formación de ese nuevo referente electoral . Además, no dudó en clarificar quiénes no están entre ese grupo de creyentes ya que, a su juicio, «la intransigencia y la visión autoritaria de la dirección de EUPV ha hecho fracasar Compromís». Ahora toca el turno de la negociación para crear este nuevo espacio que el Bloc pretende liderar haciendo imponer su implantación territorial y su recién estrenada presencia en las Corts. Según Morera, este proceso podría estar concluido a finales de octubre con la aprobación de los posibles candidatos. Y aquí la aspiración de los críticos de EU -con el respaldo del propio Llamazares envuelto en su personal pulso con el PCE- de situar al frente a la diputada Isaura Navarro, puede ser una de las claves de esta negociación. «No descartamos nada» , se limitó a señalar el líder del Bloc.
La tirantez en las relaciones entre el Bloc y la actual dirección de EU, sus socios en Compromís, quedó patente de nuevo ayer en el consell nacional que el partido que lidera Enric Morera celebró en Burjassot. Y es que si hasta ahora los llamamientos tanto a superar el bipartidismo de PP y PSPV, como a situar en Madrid una «voz valenciana» eran habituales entre los nacionalistas, Morera ha añadido un nuevo deseo de cara a las próximas elecciones generales de marzo de 2008 e, incluso, más allá, con la vista puesta en las autonómicas de 2011: «Hay que superar la tutela de una izquierda autoritaria», afirmó.
Esta aspiración cobra especial significado en el actual proceso de escisión que protagoniza en EU el sector de Esquerra i País y que parece irreversible tras la expulsión de las diputadas Mireia Mollà y Mónica Oltra y la puesta en marcha por esta corriente de un nuevo partido: Iniciativa pel Poble Valencià.
El propio Morera destacó la importancia de este colectivo para la construcción de lo que él denomina «nuevo espacio». Así, resaltó la «buena relación» con los disidentes de EU en el grupo parlamentario, al tiempo que hizo hincapié en el papel que deben desempeñar «los que creyeron en Compromís» en la formación de ese nuevo referente electoral . Además, no dudó en clarificar quiénes no están entre ese grupo de creyentes ya que, a su juicio, «la intransigencia y la visión autoritaria de la dirección de EUPV ha hecho fracasar Compromís». Ahora toca el turno de la negociación para crear este nuevo espacio que el Bloc pretende liderar haciendo imponer su implantación territorial y su recién estrenada presencia en las Corts. Según Morera, este proceso podría estar concluido a finales de octubre con la aprobación de los posibles candidatos. Y aquí la aspiración de los críticos de EU -con el respaldo del propio Llamazares envuelto en su personal pulso con el PCE- de situar al frente a la diputada Isaura Navarro, puede ser una de las claves de esta negociación. «No descartamos nada» , se limitó a señalar el líder del Bloc.
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